Los mitos del Plebiscito.

Hermes Ferney Ángel Palomino
Hermes Ferney Ángel Palomino

Por Hermes Ferney Ángel Palomino –

Soy, he sido y seré un crítico confeso del gobierno Santos, siendo consciente que se trata de un enemigo del pueblo, aliado incondicional de las transnacionales y del capital financiero, sumiso a los mandatos del FMI, del Banco Mundial y de la OMC, opresor de las clases populares en materia laboral, insensato en políticas sociales y económicas, mercader de los activos y empresas públicas de la nación, vector generador de corrupción, de mermelada, cuyos beneficiarios son vividores profesionales de la política como los “Ñoño” Elías, los Roys Barreras, los Musa Besaile, entre muchos otros. Lo anterior significa que poseo el peor concepto del Presidente que en suerte –o en mala suerte- nos tocó.
Hecha esta aclaración sobre el gobierno –muy pertinente por cierto- debo reconocer como beneficioso el hecho de que el gobierno se haya dado la pela con los uribistas y con las mentes más retardatarias del país, quienes se oponen al acuerdo que desmovilizaría a las FARC, el cual se encuentra en la puerta del horno, ya casi cocinado. Esta pugna no ha sido, ni va a ser fácil dada la necesidad de supervivencia del “Centro Democrático”, y la necesidad de ciertos sectores que se han lucrado de una guerra larga, cruel e inhumana.
Por consiguiente, el acuerdo y su refrendación por parte de la población es crucial para el destino de la nación, nunca antes, en ningún acuerdo se había consultado su opinión a la población. Para lo cual se realizará un Plebiscito, que no es más que una consulta con una pregunta con dos posibles respuestas Si o No, para avalar o negar lo acordado en La Habana.
Quienes se oponen al acuerdo han creado algunos mitos con el fin de confundir incautos. Algunos de ellos son los siguientes: “Los guerrilleros que se desmovilicen ganarán un sueldo de un millón ochocientos mil pesos”. “Los militantes de las FARC no pagarán un solo día de cárcel por los delitos cometidos, incluyendo los de lesa humanidad”. “El acuerdo violenta las instituciones democráticas”, “El Castro-chavismo se tomará el poder y el comunismo se apoderará de Colombia”. Todos ellos –obviamente- no son más que falacias para ganar adeptos por el No, desconociendo que las instituciones democráticas deben estar al servicio y a la altura de las necesidades y los beneficios que el acuerdo representa para Colombia en términos de paz y seguridad.

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