Por: Santiago Zambrano Simmonds
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Cuando termine su mandato, el Gobernador Temistocles Ortega será la persona que más ha gobernado el Cauca desde Tomás Cipriano de Mosquera, tamaña responsabilidad histórica representa para él, dejar un departamento consolidado e institucionalizado con gran proyección hacia el futuro, como en su momento lo logró su antecesor de marras.
Sin embargo y a pesar de no tener duda de su buena intención nos preocupa a varios caucanos, que al arribar a la mitad de su gobierno, haya permitido que el Gobierno Nacional se inmiscuya de una manera ramplona en el débil equilibrio que hay en el Cauca.
Al Gobernador le asiste toda la legitimidad, pues su victoria en las urnas fue contundente lo cual le da el peso suficiente para no permitir que el centralismo continúe politiqueramente atomizándonos en beneficio propio. Negociar con los diferentes grupos de interés sin considerar la institucionalidad llamada Gobernación del Cauca es un hecho que lo demuestra y nos debilita como pueblo.
Así como van las cosas difícilmente las diferentes organizaciones sociales querrán pactar con un secretario de despacho, pues el ejemplo dado hasta ahora es que para que le hagan caso en el Cauca debe haber vías de hecho y no hay posibilidad de negociación hasta que llegue un ministro o el mismo Presidente. Por esto, tristemente, para muchos, cuando llega uno de esos altos funcionarios a reclamar homenajes mutuos, es como si llegase una deidad. Hay que remitirse a la historia para saber que no siempre los caucanos fuimos tan poquito.
Ahora bien, el problema del Cauca lo debemos solucionar entre nosotros, con la ayuda de Colombia pero no en el papel protagónico que ha asumido. Increíble por ejemplo la desfachatez del Presidente que quiere venir a instalar la Mesa de Convivencia por la que tanto hemos luchado los caucanos, pero donde la vedette es él y alguno que otro político en vísperas de elecciones y no el pueblo y menos nuestro gobernador.
Considero que los caucanos debemos hacer una introspección y exigir generosidad de nuestros dirigentes, más que su utilitarismo político pues al fin de cuentas los que vivimos aquí somos nosotros. La caucanidad es un asunto que nos compromete a todos sin distingos, ni exclusiones de ninguna clase. Se agotó el debate de echarle la culpa de nuestras miserias, a la oligarquía caucana, a los indígenas, a los afros, a los alternativos, es una cosa que nos corresponde sólo y exclusivamente a nosotros y mientras que no pensemos generosamente se seguirán burlando de nosotros.
Para citar un ejemplo de los espacios que hemos ofrecido los caucanos vale la pena mencionar que en el 2015 se cumplen 24 años de la elección popular de gobernadores y si consideramos que el presente gobernador es alternativo, como muchos creen, y si a sus años de gobierno le sumamos los de Floro Tunubalá nos damos cuenta que el 41% de ese tiempo hemos tenido gobernadores denominadas como alternativos, pero, ¿cuál ha sido el efecto?, ¿Se ha cambiado la manera de gobernar?….Creo que ante todo debemos ser Caucanos y eso representa inclusión y representa aceptarnos en la diversidad en donde nadie es más que otro.
El Gobernador le ha hecho una apuesta muy seria al éxito de su gobierno, basada en los millonarios recursos de regalías, pero ¿qué hubiese pasado si no las hubiera?, con seguridad hará el mejor uso de esos recursos para beneficio del Departamento, pero además de eso reclamamos de él un mayor esfuerzo, temple y ímpetu en la búsqueda de denominadores comunes que nos aglutinen y en no permitir la desinstitucionalización del Cauca.
Gobernador, tenga la seguridad que en los temas de caucanidad, nosotros sus ciudadanos, estamos dispuestos a defender nuestro territorio alrededor suyo.